jueves, 23 de junio de 2011

ROSALÍA DE CASTRO



Rosalía de Castro, esa pobre niña de ojos llorosos, cuya vida llena de desventuras fraguó algunos de los poemas más hermosos de la literatura gallega.

Nació en Santiago de Compostela el 24 de febrero de 1837, en una casa abandonada de la ciudad, que ya es empezar con mal pié. Según su partida de bautismo, era hija de “padres incógnitos”, en realidad un cura y una burguesita de la época (María Teresa de Castro), que intentaron ocultar la existencia de la pequeñaja durante 10 años. Hay que tener mala leche, dar a luz a una homeless y por encima repudiarla, poniéndola a cargo de un familiar ahora, un colega después… A pesar de todo recibió una completa educación, y tan bueniña era que acabó por perdonar a su madre. Que la señora veía que se iba haciendo viejuna y:

- Oye, que no estoy para muchos trotes y hasta me puede dar un patatús (unha volta, que se di na terra), y a ver después quién me cuida, con el cura no se puede contar. A lo mejor esta hija mía, boba cómo es, acepta mis disculpas y me aligera el rollo de la tercera edad…

A los 12 añitos Rosalía se cansó de jugar al escondite, robar fruta y reírse con sus amigos Manolo y Paca:

- La felicidad es un puto rollo, Manolo, te lo digo yo… con lo que me gusta a mi la poesía, la declamación, la pintura, la música… si quiero ser artista, tengo que deprimirme, cubrirme de nubes negras y esas cosas. Ya estoy cansada de tanto pasármelo bien, oyes, ¡¡¡con lo que mola llorar con el telediario!!! Verás cuándo me venga la regla, que a oscura no me va a ganar ni una, y con eso ¡tengo lo de ser artista asegurado!

Total, que se puso a leer periódicos como una loca, para entrenarse en lo de la desesperación vital. Fue tanto el empeño que en unos meses empezó a componer poemas:

- Ai, ai, ai… qué triste soy madre mía
qué poquito la vida me estima
cómo llora mi alma (mmmm, ¿¿con qué rima mía??), ¡¡ahhh!!
cómo llora mi alma de monotonía
Estos versos son para ti… ejem… ¡Sofía!

Y le iba con el cuento a su Madrina, niñera de turno:

- Joooo, madri, ¡¡¡flipas con lo que acabo de escribir!!! Mira, te lo entono así con sentimiento, t´emocionas fijo eh...

La madrina la escuchaba con paciencia, pero acabó por cansarse de tanta literatura. Ella era una mujer más práctica, sentimentalismos para los débiles, que se dice:

- Oye Rosalía, meniña, que me tienes la cabeza comida. Menos arte y más brío con el andar, ¡¡que a este paso no hay quién te case, corcho!!

Pero se equivocaba, en 1856 nuestra escritora se trasladó a Madrid, y se las arregló para meterse en el mundillo de pensadores y periodistas. Así conoció a Manuel Martínez Murguía, con el que se casó en 1858. A partir de ahí vino lo de procrear, venga a parir ¡¡hasta 7 veces!! Con tanto mocoso la tía no tenía tiempo para la inspiración:

- Mira Manuel – le reclamó un día al marido – aquí la que pringa con las papillas soy yo, mientras tú te vas de tertulia y filosofía… pues no señor, que una tiene su dignidad. A partir de ahora nos repartimos lo doméstico, que tengo algunas ideas súper para publicar. Joder, si hace más de 2 años que no lloro ni nada, que así no se puede Manuel, que no me vienen las musas ¡coñe!…

Murguía cedió, no sin cierta reticencia, ante lo mucho insistir de la esposa ("que qué te cuesta, que siempre cargando yo con todo, que si los huevos te los va a freír tu madre y no te lavo los pantalones porque no me da la gana…").

Finalmente, el 17 de mayo de 1863 salió a la luz el poemario Cantares Gallegos, referencia obligada de la literatura galaica, de tal forma que ese día acabó convirtiéndose en el de las Letras Galegas. En 1880 Rosalía relanzó su actividad literaria con Follas Novas.

A la de Castro le dio también por la vena feminista y la de la socio-ecología:

-Que una es tristona pero también tiene su espíritu, oigan, lo abusivo de los hombres no tiene nombre, y no digamos la emigración… que aunque melancólica, apática, anhedónica, abúlica y asténica me queda tiempo para protestar. Si señor,  y estoy hasta los huevos de injusticias. ¡¡¡Arriba la revolución, abajo los poderosos, liberad a Willi, el voto ya para nosotras, cerremos la celulosa, adiós ríos, adiós fontes, putos bancos de los cojones...!!!  ¡¡¡Me voy de misión humanitaria al Putumayo!!! ¡¡Unámonos por el bien común, hermanos!! ¡¡Galiza ceibe!!

Así todos los días, sulfurándose ahora, deprimiéndose más tarde... hasta se compró un curso de graffities por entregas, de esos que salen al final del verano y en navidades. Aún se ven algunas de sus pintadas por las calles de Santiago: "No al capitalismo, cerremos el Corte Inglés", ó "Liberación y anarquía", ó "Máis galego inda que sea con jeada, cajonacona". El hijo mayor se preocupó un poquito:

- Mami, conozco yo a un señor que dice que es psiquiatra, si eso te apuntas a unas sesiones... te veo un pelín estresada...

Aceptó, más que nada porque la dejaran tranquila, lo de psicoanalizarse era una tapadera y otro modo más de hacer ver a sus fans lo malísima que estaba de la depresión.

- Y no me tomo el Prozac, no vaya a ser que funcione y se me espanten las musas.

Y así siguió su vida, de síndrome premenstrual en síndrome premenstrual, solitaria pero inventiva, de tal forma que antes de 1885, año en el que fallecía, tuvo tiempo para crear uno de los legados más brillantes de la literatura gallega.

Nota: Finalmente, Rosalía se tomó el Prozac. Es que a la pobre se le murieron todos los hijos, así a lo loco, que es cosa de muy poca risa. Hay que tener mala suerte, ella quería sólo algo de influencia estrogénica, unos lagrimones de cocodrilo de vez en cuando, pero de ahí a quedarse sin descendencia, ¡¡¡ya le vale al retorcido del destino!!!

Nota 2: Preguntas al lector, ¿cuánto te pareces a Rosalía?
1. ¿Te ponen triste los anuncios de Ariel? A. Sí, siempre todo sucio, y a la pobre de la marca blanca nunca le sale nada bien, B. No, C. Son la monda, siempre sale la mancha...
2. ¿Cuánto crees en la visualización positiva? A. Nada, B. Psé psé, C. La defiendo a muerte (¡¡yo si vi el documental!!)
3. Cuando sales de noche, ¿qué actitud tomas? A. Héroe crepuscular, B. Según lo que beba, C. A  tope de power.
4. ¿Has escrito poesía alguna vez? A. A todas horas, hay que descargar, B. Cuándo cateaba, C. Prefiero ver Sálvame.
5. ¿Con qué frecuencia pones como estado en redes sociales "cansada", "hoy llueve" o " :-C"?  A. Todos los días, B. 3 días a la semana, C. Nunca de los jamases.
6. ¿Qué opinas del futuro? A. Negra sombra que me asombras, B. A ver cómo va lo de la economía, C. Venga a reír a lo loco, y una velita a San Antonio que todo se arreglará, corchisssss.
7. ¿Eres una persona activa? A. Déjame dormir, pesao, B. Sólo llevo 2 cafés, C. A ver, de 8 a 9 el primer tema, de 9 a 10 el segundo, de 10 a 12 máquina del café, luego patinaje... ... ...

Si tienes mayoría de A, viva, eres súper fan de Rosalía

martes, 21 de junio de 2011

ESTAMOS EN LA RADIO (III)

                                                             Esta vez en otra radio

En la sección "La loca en la historia" de LA LOCA EN EL ÁTICO, un programa de igualdad de género conducido por jóvenes de la Asociación Juvenil JOCE, han tenido a bien leer nuestra TEODORA DE BIZANCIO y estamos encantadas de como lo han hecho, ¡¡¡porque además nos han dicho simpáticas!!!

Podeis escuchar el programa haciendo click AQUÍ, la sección empieza en el minuto 39, pero los que tengais tiempo podeis escucharlo enterito...

lunes, 13 de junio de 2011

RASPUTÍN


Grigori Yefímovich nació en el año1869 en Siberia, pero todo el mundo le llamaba Rasputin Ra Ra Rasputin  porque se ve que era muy fan de Boney M y además significa “el depravado” y bueno… la verdad es que Grigori un poco depravadillo si que era, si. La culpa, como siempre, es de las circunstancias, ¡y es que al pobre le tocó nacer en una aldea perdida de Siberia! que es uno de los sitos más muermos en que te puede tocar vivir, ¡no hay ni programa de Españoles por el mundo!! De hecho creemos que no hay ni gallegos en Siberia, y nunca os fieis de un sitio al que no haya llegado un gallego… 
En su tiempo de ocio se dedicaba a robar caballos y participar en orgías, más que nada por conocer gente, que Siberia es una tierra muy despoblada y si no te apuntas a este tipo de actividades sociales acabas haciéndote ermitaño… De hecho para ampliar su círculo social se apuntó en una secta flagelante, los khlysty, que solían terminar las ceremonias con multitudinarias sesiones de sexo en grupo, se ve que en cuanto a sectas hay un amplio abanico de posibilidades para elegir. Tan en serio se tomó su nueva creencia que en poco tiempo llegó a ser el puto amo y líder de la secta y ¡locurón, locurón! Con deciros que a partir de ahí le empezaron a llamar El Monje Loco  ya  os figuráis el nivel de los escándalos, ¡estaba la peña en Siberia que no salía de su asombro! Hasta el gobierno tuvo que tomar cartas en el asunto:
-A ver, Grigori , ¿Cómo te decimos esto? Que aquí somos cuatro gatos y nos conocemos todos y Siberia ya sabes tú que no se caracteriza por la fiesta loca, si quieres desmadrarte ¡vete a Ibiza! Que a nosotros nos gusta estar aquí con nuestras cositas de frio, sin sobresaltos y contigo… ¡no ganamos pa escándalos!
Total que lo forzaron al exilio y él tan tranquilo abandona a su esposa a hijos, (que sí, que con todo ese historial se había casado, se ve que el mercado masculino en Siberia debía estar mu mal)  agarra los bártulos y ¡carretera y manta! empezó a andar sin rumbo y se hizo un tour que ni Forest Gump  cuando se puso a correr : las tierras eslavas, Grecia… ¡dicen que llegó hasta Jerusalén! Y claro, como se fue juntando con lo más freak de cada zona, aprendió mazo de cosas de ocultismo, del mundo esotérico y eso: sabía echar las cartas, veía el futuro en bolas de cristal, leía los posos del café, vamos que para cuando decidió volver a  Rusia en el 1903 era una suerte de Paco Porras pero más sucio, porque lo de ducharse, desde los fríos inviernos de su tierra natal, lo llevaba muy mal...
Se montó un chiringuito ambulante en San Petersburgo dispuesto a ganarse la vida echando la buenaventura y eso. Pero resulta que era un tipo con suerte porque entre las High Society Rusa lo  petaban los adivinos, que para entretenerse después de los fiestorros, cuando iban a tope de vodka, les encantaba llevar a la Bruja Lola y similares para que le predijeran el futuro ¡unas risas! Y con las pintas que se gastaba Rasputin estaba claro que antes o después le iba a llegar el turno…
El Siberinano no perdió el tiempo, después de tirarse a la mitad de las nobles (cada una tiene sus filias…) se enteró de que el hijo varón de los zares padecía de hemofilia y estaban los padres desesperados por buscarle una cura, así que en una de esas fiestas buscó un momento para hablar con ellos en privado y le ofreció sus servicios de curandero. Los Zares aceptan, que estaban ese  punto que ¡de perdidos al rio! Y llevan a Rasputin al cuarto del niño. Ahora poneos en la piel pobre Alexei, convaleciente en la cama, que cuando estas enfermo no hay ganas de cuentos y aparece semejante personaje harapiento y sin lavar y se acerca para hacer una imposición de manos ¡se asusto, leñe! ¡Se asusta cualquiera! Y se quedó paralizado… Y la Zarina…
-¡Ay dios mío que nos ha curado al niño! ¡Fíjese que quietecito, como descansa … ¡Es usté un pofesional!!
-Lo soy, lo soy,- Se tiraba de la moto Rasputin- esto de la imposición de manos lo sabemos 4 iluminaos que hemos estudiado en Georgetown… ¡Si nos contratara la Seguridad Social acabamos con la tontería de la lista de espera en 2 días! Pero como no tenemos oposiciones aquí estamos, en la privada…
Tan contentos quedaron y tanta fe le tuvieron que lo hicieron fijo en palacio y le dieron un sueldo y todo y Rasputin hacia unas horitas de imposición de manos y luego iba a dejarse la pasta en vodka y en los prostíbulos de la zona, que era mu putero el siberiano, y los zares, lejos de escandalizarse con el comportamiento ordenaron a la guardia imperial que lo vigilase, no fuera a ser que en una de estas tuviera una mala caída o una reyerta y se quedaran sin curandero… Bueno, curandero o lo que se terciase, que empezó imponiendo las manos al heredero y al cabo de unos años había convencido a Nicolás II de que sin él la dinastía de los Romanov se iba al garete y no había decisión de estado en la que no se le consultase…
-Rasputin ¿a quién ponemos de obispo de Siberia? Rasputin ¿subimos los impuestos? Rasputin  ¿Qué hacemos con los acampados del 15M? Rasputin, hay una guerra mundial ¿participamos?
-¡Quita, Quita! Que las guerras son un puto asco, que entre uniformes y balas se te van los presupuestos generales, mejor gastarlos en los burdeles…
Pero a Nicolás II, como a cualquier mandatario totalitario que se precie ¡le pirraban las guerras! Y además esta era mundial e iba a participar todo el mundo…  No se pudo resistir, contravino al siberiano y  mandó al ejército a la lucha ¡una cagada! Que se le morían los hombres, tenía a todos los artistas revolucionados con lo de “no a la guerra”  los Bolcheviques empezando a liarla parda y queriendo quitarle el poder ¡un Sin Dios! Tan negra se puso la cosa que decidió ir él en persona al frente para dar instrucciones al ejército, que ¡coño! ¡No podía ser tan difícil!
-Voy a la guerra, y vuelvo en un momentito, Rasputín, mira, ¿puedes vigilarme tú el país mientras tanto?
Y bueno… ¡FIESTA! ¿Os imagináis un salido aficionado a las bacanales dirigiendo un país? Es que no se me ocurren ejemplos…  
Lo que pasa es que los militares y la nobleza rusa ya no pudieron aguantar más la situación, si ya les mosqueaba que se metiera en palacio, que aconsejara al zar y que se rumoreara que tenia ayuntamiento carnal con la zarina, lo de que se quedase de jefe del estado y enchufase a sus colegas en los ministerio les pareció recochineo y decidieron solucionar las cosas como los nobles caballeros que eran ¡ENVENENÁNDOLE!
El príncipe Félix Yusupov lo invitó a una cena en su casa y le aderezó los platos con cianuro y Rasputín ¡se puso las botas!
-Oye Félix, que no sé que le has puesto a la ensaladilla Rusa hoy, pero ¡está de muerte!
Si, si, pero el jodió no se moría, ahí dos platos, postre y repitiendo y ni le subió la fiebre… Yusupov ahí decidió que al cuerno las sutilezas, cogió la pistola y le pegó un tiro, ¡así a las bravas! Dejó al tío agonizando y subió a la planta superior a contarselo a los demás nobles, bajan todos para ver el percal, llegan al salón ¡y no estaba!
-Joder, joder, ¡que va a ser verdad que tiene poderes el pavo!
Siguieron el rastro de sangre y lo encontraron en el jardín en plena huida y ahí ya…¡fuego a discreción! ¡Que ni a Bonny and Clide les taladraron tanto!  Y como no se fiaban lo envuelven en una alfromba hacen un hueco en un rio congelado y lo tiran al agua y va la autopsia y dice ¡que murió ahogado! ¡Que ya le vale a los nobles! Que o Rasputin tenía chaleco antibalas o los otros una puntería de pena, que no me extraña que en la guerra les fuese como les fue… Y diréis vosotros ¿y con la tirria que le tenían todavía van y le hacen autopsia? Pues claro que si, le hicieron autopsia y ¡le guardaron el pene! Que si teneis interés lo podeis ver en este museo ¡Los Rusos son asín!

martes, 7 de junio de 2011

LEONOR DE AQUITANIA



Leonor de Aquitania nació en Francia en 1122 y era de los Aquitania de toda la vida, una familia bien con mazo de pelas, mazo de tierras, mazo de títulos y una genética envidiable… Guapos y ricos ¡un asco de gente! Con toda la envidia del mundo os lo digo… Y además, como su abuelo había sido trovador les iba mucho el rollo bohemio de cultivar las artes, así que además ¡era culta la jodia! Que si llega a ir a Saber y Ganar ¡¡lo peta!!
Con ese percal os podéis imaginar que a cada poco le llegaban, ramos de rosas, cartas de amor,  propuestas de matrimonio… ¡una locura! Y ella ahí seleccionando:
-Este es muy alto, este es muy rubio, este muy tonto… ¡anda! ¡Un Rey!
Que si, que entre todos los que la cortejaban estaba Luis VII de Francia, y claro, ella con todos los libros de princesas que se había tragado dio el sí quiero sin pensarlo, dispuesta a lo ser feliz y empacharse con Perdices lo que quedaba de vida. Así que con 15 años  se convirtió en la Reina de Francia: protagonizó la boda del siglo, tuvo un especial de tropecientas páginas en Hola,  puso de moda ese peinado a lo triple trenza de la foto que tanto le molaba… ¡Se convirtió en una it girl! ¡Que ni Pipa Middleton le haría sombra!
Lo que pasa es que no iba a ser afortunada en todo y resulta que… ¡el monarca era una pena en la cama! Que eso no lo  cuentan en los cuentos de Disney, pero hay reyes que… ¡una pena! Y además Luís VII había estudiado en un colegio de curas y, como sabe todo el mundo, de un colegio de curas sales o beato o cantautor y a Luís le tocó lo primero, ¡le gustaba más rezar que follar! ¡Un chasco para la Leo! ¡Que se había leído el Kama Sutra y no podía aplicarlo!
En un intento de encender la llama de la pasión, se fue con él a la Segunda Cruzada ¡Que eso tiene más mérito que ir a l fútbol, joder! Pero fue peor el remedio que la enfermedad, que llegaba cansado de acuchillar a la peña, le dolía la cabeza… ¡todo excusas! Leonor como vio que el asunto sexual no iba a mejorar y ella era muy lista y controlaba mazo de estrategias, de guerras y eso… empezó a darle consejos.
-Yo creo luís, que no es momento de invadir  Jerusalén, es mejor seguir con unas batallitas en los alrededores, esperar a que se replieguen los turcos. Nos quedamos tan ricamente aquí en Antioquía con mi tío Raimundo, que fíjate que bien nos trata y luego ya, cuando esté la cosa más chupada ya invadiremos…
Y ¡como se puso Luis! Que entre que no tomaba bien que le dieran consejos una mujer y que se puso celoso de Raimundo… ¡le montó un pollo a Leonor de los hacen temblar los cristales!
-Ya va la lista, ¡¡ya va la lista que todo lo sabe!! ¿Y a que vienen esas ganas de quedar con tu tío? ¿No estarás yaciendo con él, guarrilla?
-¿Yacer? ¿Pero qué mierda de palabra cursi y hortera es yacer? ¡Yacer! Si es que eres malo hasta con la terminología, Luisito...- Le espetó la Leo, que era muy independiente y muy segura de sí misma y lo que no iba a tolerar era que se le levantara la voz ¡A toda una Aquitania! Cogió a su hija Marie y se piro a Roma, a ver al Papa Eugenio III.
-Verá Su Santidad, que este matrimonio yo no lo veo, además he estado investigando y somos primos lejanos, yo creo que con lo de la consanguinidad y eso podemos anular… aunque si prefiere que alegue lo de la inmadurez como Rociíto y Antonio David, por mi no hay fallo…
Y el papa…
-Hija mía, que tu dejes a un Rey va a ser un escándalo de flipar, tráeme a Luis y os hago una sesión de pareja, a ver si arregláis las diferencias, que yo creo que si hablamos un poco con él reavivamos la pasión y todo…
Y así hicieron, al principio parecía que lo del papa había funcionado,  ¡si hasta tuvieron otra hija! Pero nada… que el Luís volvió a la apatía sexual y Leonor ya… ¡se cansó de intentarlo!
-Yo una cosa tengo muy clarita, lo que no voy  a ser es una malfollá que eso es malísimo pal cutis…
Así que ahí ya empezó con una lista de amantes que ni Barney Stinson… Que si trovadores, pintores, músicos, un criado negro sarraceno… Y Luís, que era como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer, en vista de que toda la corte se descojonaba de él la repudió por infértil, por no concebir hijo varón…
A Leonor, como os podéis imaginar el divorcio se la trajo al pairo, que era dueña de 1/3 del territorio Francés y muy mal se le tenía que dar pa no encontrar sustito. Se puso a buscar en la lista Forbes los solteros más influyes y ¡ostras! ¡Había otro rey! Enrique II de Plantagenet, heredero al trono de Inglaterra... Y fijo que pensó:
-Bueno, bueno, esto me apunto unos meses a la escuela de idiomas, que ahora que no soy reina ni na tengo tiempo libre y me lo camelo con cartas, ¡que además es un pipiolo! ¡19 años! Y yo con 29 y de vuelta de todo… ¡Pasadme la pluma que empiezo!
Y si Shakira y pudo con Piqué… ¡no iba a poder ella!
Empezó:
Oh Henry when you talk like that
You make a woman go mad…
Estoy loca, loca, loca,
Loca con mi Enrique…
¡Rabiossssa!

Y adjuntó una foto mostrando ombligo y canalillo y Enrique… ¡se enamoró namás abrir la carta!!
En unos meses volvía a protagonizar otra boda del siglo y otro especial en el Hola… Y bueno, con lo salido que estaba el adolescente… ¡la tenía contentísima! Y se les mantuvo la pasión mazo de tiempo con deciros que en 14 años tuvieron ocho hijos, de los cuales 5 eran varones (pa joder a Luís VII)…
Lo que pasa es que Leonor, como sabía mucho, además de organizar el castillo intervenía en los asuntos de estado, aconsejando a Enrique en todo el tema de inauguraciones, discursos de navidad, pasar revista a las tropas y esas cosas que hacen los reyes…   Al principio a Enrique le molaba el rollo “cuanto sabes amorcito, si es que eres un cielo…” Pero se fue haciendo mayor y volviéndose un pelín machista así que poco a poco fue relegando a Leonor al cuidado de los hijos y distanciándola de los asuntos de estado.
-Muy bien… Así que yo relegada al cuidado de los hijos… ¡te vas a cagar con la mano que mece la cuna!
Y fue liando a la prole para que conspiraran contra su padre y le arrebataran el trono, lo que pasa es que sus intrigas fracasaron. Enrique, haciendo de tripas corazón perdonó a los chavales, que al fin y al cabo ¿Qué hijo no intenta arrebatarle el trono a su padre en una edad tonta? Pero a ella la pilló en un intento de huida y decidió darle su merecido:
-Y ahora te voy a encerrar lo que te quede de vida en el Castillo de Chinón.
Y no penséis que la encerró en la mazmorra, no, no, la encerró en un castillo con toda la pompa, la servidumbre, y le dejaba tener visitas y todo,  vamos que ¡estaba Leonor encantada! Se pasaba el tiempo recibiendo a los colegas, ejerciendo de mecenas de artistas, celebrando unas fiestas bohemias con lo más granado de la élite cultural del siglo XII, tertulias literarias, conciertos privados, exposiciones de pintura…vamos ¡que Enrique no tenía puta idea de castigos!
En lo que le quedaba de vida, la mujer que había sido reina de dos países, hizo más por el futuro de literatura que muchos ministros de cultura,  recopiló, por escrito, las aventuras de los caballeros de la mesa redonda, estableció los cánones literarios del amor cortés, leyó los poemas de su hija Marie de Champañe, la primera gran poetisa francesa, consiguió que una tía buena se casara con su hijo gay,  Ricardo Corazón de León,  vió ascender al trono de Inglaterra a dos de sus vástagos, Casó a su hija Leonor con el Rey de España,  vivió un cambio de siglo y fianalmente se retiró a la  abadía de Fontevraud a morir, con 82 años, sin una sola enfermedad crónica y sin haber perdido ni un diente, que se ve que además de todo lo anterior seguía los consejos de Saber vivir…

miércoles, 1 de junio de 2011

EUGENIA DE MONTIJO

María Eugenia Palafox Portocarrero y Kirkpatrick nació en Granada en 1826, y  era conocida también por los nombres de Condesa de Teba, Marquesa de Moya, Marquesa de Osera, Condesa de Ablitas, Condesa de Baños, Condesa de Mora, Condesa de Santa Cruz de la Sierra, Vizcondesa de la Calzada y Dama de la Real Orden de María Luisa… aunque al final todo quisque le decía la de Montijo, que no es tan glamouroso ni tan digno de una emperatriz, cosa que a ella la ponía muy de los nervios, pero que no podía remediar.
Ya desde niña le gustaba presumir:
-          Que si yo esto, si yo lo otro, que si tengo el pelo rojo y mi hermana Paca es más fea aunque mamá diga lo contrario, y además tiene los pies muy grandes y eso no pega con una señorita fina. Fíjate tú si soy chachi, que nací en el jardín de palacio justo en medio de un terremoto… eso algo querrá decir.
Y si le preguntaban qué quería ser de mayor respondía:
-          De reina p´arriba… pa darle bien en los cuernos a la duquesa de Alba que es una  hortera, y a mi hermana Paca que va de beata y culta…
Eugenia fue educada en París en un colegio de monjas… años que recordaría siempre con tristeza, porque no le gustaba rezar... lo que de verdad quería era salir de botellón con los coleguis (que a la botella de ajenjo le daba más que bien). En las noches de luna llena, sobre todo si eran de viernes o sábado, trepaba por los muros del convento y se escabullía a hurtadillas para alternar con filósofos y escritores:
-          Que no eres tú Gerard… en serio, soy yo… te dejo porque tienes aspiraciones literarias demasiado elevadas… tú no pegas conmigo que voy a ser emperatriz, dentista o presidenta del gobierno… lo que necesitas es una filósofa bien instruida, para debatir sobre el rollo de existir y esas movidas.
De este modo tan elegante conoció y embaucó a muchos tipos, pero con ellos no pasaba de dos o tres besitos, ¡y a mucha honra!
-          Lo de no yacer con varón a mi, ni me va, ni me viene…luego me llaman “Montijo la calienta pollas de oficio”, pero mi himen va a valer por lo menos un imperio, si no lo sabré yo.
El 30 de enero de 1853 apareció la oportunidad que tanto anhelaba. Acudió en compañía de su madre (que se las sabía todas) a los bailes que dio el príncipe Luís Napoleón en el Palacio del Eliseo cuando se convirtió en presidente de la Segunda República. Como era pobre sufrió mucho para conseguir atuendo a la altura del evento, y por joyas no tuvo más que flores naturales. Lo que ocurre es que nuestra condesita poseía eso que llaman encanto natural, savoire faire, saber estar (aún a pesar de males menores como el ajenjo) y todo lo que se ponía encima salía al día siguiente en Ragazza y en la Cuore. Hay que ver cómo se pirraban las jovenzuelas para parecerse a ella. Zara le imitaba las faldas y vendía camisetas con su foto y todo. Si no llega a cruzarse un emperador, habría caído un futbolista. El caso es que tanto triunfaba su look, incluso el colutorio que se mandó hacer porque el aliento le olía a ajo, se puso de moda.
La fiestuqui fue para flipar. Había muchas luces de colores en palacio, larguísimas mesas llenas de patatas fritas, croquetas, aceitunas, calimocho y Fanta… que si, que era algo imperial, pero ante todo lo que había eran ganas de marcha, y para una ocasión tan especial ¡se pasó muy mucho de complicaciones como el caviar o el champagne!
Eugenia se paseaba muy digna del brazo de su madre, que no hacía más que meter la pata con sus indiscreciones.
El momento tan esperado llegó al fin cuando se cruzó con el futuro emperador, que andaba muy deprimido desde que una tal Adelaida pasó de él porque le gustaba el reggaeton y ella era más de Sabina y Serrat. Qué decepción para Eugenia:
-          Vaya por dios, qué desventura la mía, que para ganarme  un imperio he de ligar con semejante mentecato, ¡que parece un hobbit, tía, y además, calvo y cursi!. Anda qué, más lista fue la lagarta mi hermana, que tísica y todo engatusó al Duque de Alba…
Pero exhibió su sonrisa más hermosa, y todas las técnicas de seducción que le había enseñado su colega Don Próspero Merimée:
-          Tú compórtate con naturalidad. Cuidado con el maquillaje no vayas a parecer un putón. Cabeza erguida y paso decidido, lo de las reverencias ya sabes cómo se hace. De vez en cuando ve al baño con la excusa de empolvarte el rostro, te paseas por los salones y chocas casualmente con el burro del Napoleón. Si te mira a la cara pestañeas como una niña buena. El momento álgido, el momento en el que debes mantener la calma, tu momentazo… será durante el baile imperial, cuando bajen la intensidad de la luz y empiecen con las lentas del Bisbal y Tito el Bambino… te acercas como quien no quiere la cosa y le rozas el bigotito.
Las ideas de don Próspero eran brillantes, tanto que la boda entre la Duquesa y Emperador se celebró el 30 de Enero de 1853. Antes de casarse, el futuro marido dijo:
-          Prefiero casarme con una mujer a la que amo y respeto que con una desconocida, con la que una alianza podría tener ventajas mezcladas con sacrificios.
El pobre, ¡¡convencido de ser la repolla y de que la tenía loquita por sus huesos!! Y por quien suspiraba su consorte era por Fernando de Lessepes, que dónde va a parar: inteligente, culto, con ese punto picantón que dan las canas (para entendernos, ese punto sexy del Richard Guere o el George Clooney). Tendría que contentarse con compartir con su amor platónico, a lo sumo, un poquito de sexo en la mirada, que se palpa o no se palpa, se siente o no se siente, pero mola mazo.
Tras el casamiento Eugenia no se limitó a ser ama de su imperial domicilio, que para eso ya contrataba niñeras y personal de cocina… Ella era una mujer educada e inteligente, lagarta de altas miras, pero también tierna y, a veces, incluso algo de izquierdas (de hecho tuvo su época de Democracia Real Ya, y hasta hizo acampada con otros colegas en el Obradoiro!). Después del nacimiento de su único hijo en 1856, decidió tomar parte activa en la política del Segundo Imperio; con más éxito unas veces (impulsando la inauguración del Canal de Suez o las investigaciones de Pasteur con la vacuna de la rabia) y menos otras (como cuando secundó las desafortunadas intervenciones exteriores del imperio: la invasión chafada a México y la guerra contra Prusia).
Tras la caída del Segundo Imperio Francés, la familia se exilió a Inglaterra. Y va y les tiene que ayudar el dentista imperial, ¡sí, si! El mismito del colutorio anti-ajos, y que además en esos momentos le estaba haciendo a Eugenia un súper blanqueamiento dental que era la monda.
A la muerte del emperador en 1873, Eugenia se retiró a una villa en Biarritz en la que vivió alejada de los asuntos de la política francesa. Alcanzó ese punto pleno de paz espiritual, leía a tope, paseaba por la playa… se compró una cámara de fotos, y estaba tan a gusto consigo misma que todas las fotos eran foto perfil, y todos los días añadía un nuevo estado, lleno de inspiración, en el Facebook: “Disfrutando del océano”,  “Hoy reflexiono sobre el qué, el quién y el cuándo”, “Pensando en el Mausoleo perfecto para mi querido marido”, y también “De cañas con la peña” y “Acicalándome para la noche como si no hubiera mañana”.

Pero la suerte se la tenía preparada: su único hijo pereció en Sudáfrica (1879), muerto por los zulúes.
La ex emperatriz murió el 11 de julio de 1920 a los 94 años en el  Palacio de Lira (Madrid), durante una de sus visitas a España, y da igual de qué, porque a esa edad uno se puede morir de lo que le dé la gana, y más si ha sido una tía buena, condesa, lagarta, emperatriz y política. Años más tarde se la sigue recordando, e incluso se han sacado algunos temitas musicales de dudosa calaña, que dicen eso de “Ououou-uo, ououou-uo, y ahora que me quiten, que me quiten lo bailao”.